Hola;
No hago de este tema casus belli, pero sí quiero, al menos, que se entienda bien mi posición. Son dos cuestiones.
La primera es de método: la decisión de adoptar un sistema de cuotas por razón de sexo en los órganos de SEPLA, es una cuestión política que debe decidirse como tal. No porque en algunos sitios esté impuesto legalmente o por moda o “políticamente correcto” (como, por cierto, bien señalaste, Martín, al plantear que tú lo defendías por su contenido).
La segunda es justamente de contenido. Yo no comparto la adopción de un criterio de cuotas a aplicarse de forma automática y general. Me parece bien una fórmula que apoye impulsar una mayor participación y representación de aquellos colectivos que hasta ahora sean minoritarios, no sólo por razón de sexo sino también regional o nacional, etc. Pero no estoy de acuerdo con imponerlo como regla absoluta por los efectos indeseados que puede provocar. De modo que si finalmente rige un sistema de cuotas –lo que, insisto, desconozco si está aprobado formalmente ya-, yo propongo que se acompañe de la cautela final de “siempre que las demás circunstancias no lo desaconsejen”. Para mí es algo tan elemental como disponer de un elemento que evite, por ejemplo, cualquier forma de arribismo amparada en un criterio legítimo pero que, convertido en procedimiento absoluto e inapelable, puede dar cauce a esos efectos indeseados. Considero que esa cautela permite un mejor respeto al conjunto de los compañeros y compañeras, así como a los procedimientos de la Sociedad.
Saludos fraternales,
Xabier