Compañeros,
Les escribo para compartir mi evaluación personal, con la intención de
subsidiar las discusiones en nuestro Proceso de Decisión Colectiva con
un breve balance de las actividades de la SEPLA en estos últimos
tiempos.
Cuando esta directiva asume, cerca de dos años atrás, teníamos el
desafío de impulsar nuevamente los trabajos de la Sociedad, retomando
la idea de su fundación, hace 11 años en México. Mucho más que una
sociedad académica de intelectuales críticos, la SEPLA tiene el
objetivo de contribuir, en conjunto con los movimientos sociales y
sindicales, con la evaluación crítica de los condicionantes
estructurales y coyunturales del funcionamiento del capitalismo en
Nuestramérica, al mismo tiempo que busca proponer conjuntamente con los
trabajadores y pueblos que más sufren las consecuencias de ese
capitalismo dependiente salidas realmente alternativas y
revolucionarias.
Este sentido fue retomado, con suceso, nos parece, en el último
Encuentro, que se realizo el año pasado, una vez más en la UNAM,
celebrando nuestros 10 años. En ese encuentro, además de la fuerte
presencia en la parte académica, con presentación y discusión de
muchos trabajos relevantes, con gran destaque para los jóvenes
profesores e investigadores, se destacó la actividad de cierre junto
con el Encuentro Sindical Nuestra América (ESNA) y el Sindicato
Mexicano de Electricistas – que tan amablemente nos recibió – para
discutir lo que es la principal característica de la SEPLA: pensar
críticamente nuestra realidad social con propuestas de transformaciones
sociales radicales del capitalismo dependiente en que vivimos.
De ahí salimos fortalecidos una vez más, con nuevas adhesiones, gente
joven dispuesta a trabajar y contribuir con nuestros objetivos.
Lamentablemente debemos reconocer que la Junta Directiva como tal tiene
un funcionamiento casi nulo, el cual se reactiva, en parte, cuando hay
coloquios como el de México. Cuando decimos casi nulo nos referimos a
la toma de posiciones y acciones colectivas sobre los graves problemas
de nuestro continente. De hecho se funciona como una federación de
organizaciones autónomas nacionales – que llevan adelante sus
objetivos en cada país - y no como una sociedad latinoamericana.
Este nuevo Proceso de Decisión Colectiva, más allá de concluir en la
elección de una nueva directiva, debe obligarnos a ejercer lo que es
nuestra característica, el pensamiento crítico. Se trata de discutir
críticamente tanto el balance de lo que hemos logrado cuanto la
identificación de nuestras fallas, límites (acción, organización,
enlaces, actividades) y tareas que nos esperan.
Vivimos hoy día un fuerte renacimiento – no sólo en el campo de las
ideas; mucho peor, en la práctica política cotidiana y de algunos
gobiernos de Nuestramérica – de la derecha y de las políticas
conservadoras, que intensifican las consecuencias sociales de
superexplotación, desempleo y pobreza de nuestros pueblos. Una rigurosa
identificación del porque, de nuestras responsabilidades y,
principalmente, de las formas en que nuestra resistencia, enfrentamiento
y lucha debe ser realizada es el centro de nuestra tarea futura. No es
sencilla, pero nunca lo fue. Hagamos lo que sabemos, los pueblos de
América Latina y El Caribe, hacer mejor: resistamos, enfrentemos y
luchemos! El pensamiento crítico tiene mucho que aportar en ese
proceso.
Abrazos
Marcelo Dias Carcanholo